Los Lemas de las JMJs: ¿DIOS OBRA A TRAVÉS DE LA PALABRA?



El eslogan para cada JMJ es una llamada personal y comunitaria, para ser reconocida, profundizada y vivida en cada vida que se hace partícipe en los encuentros de jóvenes. Desde 1984 a partir de la inspiración del Espíritu Santo y de nuestro pastor – El Papa -, cada JMJ hace una invitación clara, real para nuestros tiempos; toda una apuesta pastoral al estilo de Jesús y su evangelio.

De esta manera, la importancia de la palabra se hace tangible en la experiencia personal de cada joven, quien la recibe, la vive y la promulga, siendo conscientes de nuestra misión profética y sacerdotal que se adquiere en el bautismo, anunciar el evangelio y hacernos partícipes de la mediación entre Dios y el hombre.

El poder de la palabra es vivificante y tiene un significado profundo desde los diferentes ámbitos. La palabra tiene valor, y cuando así se asume, se adquiere un compromiso, no solo de carácter simbólico, sino también testimonial. De esta forma, las invitaciones en cada encuentro mundial a través de los mensajes que se proponen, nos pueden dar luces en el caminar cotidiano y espiritual de nuestra vida.

Así que haremos un recorrido de estos mensajes de algunas JMJ que nos permitan prepararnos para nuestro encuentro en Cracovia. Proponemos algunas pautas de reflexión a partir de la palabra que el Señor ha inspirado

Nosotros hemos conocido el amor que Dios tiene y hemos creído en Él (1Jn 4:16)
Buenos Aires, Argentina. 1987

Juan en su carta, empieza a profundizar en el Dios-Amor que es fuente de la Fe y del amor. Así como Dios nos ama primero, nosotros le amamos, un amor que proviene de nuestro creador haciéndonos capaces de amar. Juan relaciona el amor de Dios con la fe en Él, así el verdadero creyente es quien cree en el amor de Dios, nos damos cuenta que ese amor misericordioso actúa a través de nosotros, en nuestra realidad, en nuestra alegría, tristeza, esperanza, desconfianza, debilidad, fragilidad, sencillez.

¿Cuál ha sido nuestra respuesta al amor que Dios nos ha mostrado?
¿Nuestra vida es signo del amor de Dios como creyente? ¿De qué forma?

Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida (Jn 14:6)
Santiago de Compostela. 1989

Después de lavar Jesús los pies a sus discípulos, uno de sus “discursos” de despedida es en torno a una pregunta que Tomás le dice: “Señor, nosotros no sabemos a dónde vas, ¿cómo vamos a conocer el camino?, a la cual Jesús contestó: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al padre sino por mí”.

En Jesús vemos al Padre, hecho hombre. Él siguió su camino, la voluntad del Padre y así nos enseñó a seguir sus pasos, para que al meditar todos sus actos fuésemos progresando hacia la verdad, reconociendo que su camino es el nuestro. Aunque el camino se torne difícil y debamos cargar con la cruz, nos abrimos paso a la verdadera construcción del reino a través del hijo, del redentor, de su vida, de su palabra. Él nos da la vida, una vida certera y en abundancia.

¿ Nuestra vida se rige por los senderos de la propuesta de Jesús y su evangelio ? o ¿ de las lógicas del mundo consumista, egocéntrico? ¿Confío en la voluntad y camino de Dios ?¿ Damos vida a otros ? ¿ Vivimos de forma verdadera el camino del Padre ?

Tal como el Padre me envió, yo os envío a vosotros (Jn 20:21)
Manila, Filipinas. 1995

El primer día de la semana, como lo relata el evangelio de Juan, Jesús se pone en medio de los discípulos, quienes se encontraban reunidos, ocultos, encerrados luego de la muerte de su maestro, les da la paz y los envía por el mundo entero. Esta acción alentada luego por la fuerza del Espíritu Santo, es una invitación y confianza de Jesús en sus discípulos. Una llamada contundente a continuar la obra que el Padre le ha encomendado y con la misma efusión con la que se ha de salvaguardar lo que Jesús realizó. Este acto no es sólo esperanzador, es también la llamada a la misión que se nos ha encargado como sus verdaderos discípulos, para continuar la obra salvífica y misericordiosa de nuestro Padre.

¿Soy ejemplo de la obra de amor de Dios? ¿Vivo humildemente con los demás lo que Jesús vivió?
¿Soy verdadero discípulo en los lugares en los que me encuentro? ¿Acepto esta llamada que Dios me hace para seguirle?

El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros (Jn 1:14)
Roma, Italia. Jubileo año 2000

Dios se hizo hombre, humano, creatura mortal, lo que la expresión carne nos refiere es precisamente eso, lo tangible. Lo divino haciéndose hombre verdadero. Está en medio de la humanidad, sintiendo las necesidades que nosotros también tenemos, pasando por ciclos naturales de la vida, igual que nosotros. El Verbo, la Palabra, el Predilecto de Dios por quien Dios se muestra, manifiesta su gran amor y se rebaja a nuestra condición, una condición que lo rechaza y le da la espalda.

¿Somos presencia de Dios en medio de los demás? ¿Dejo que el Verbo habite y se manifieste en mí?
¿En qué situaciones de mi vida experimento la presencia de Dios?

Vosotros son la sal de la Tierra… son la luz para el mundo (Mt 5:13-14)
Toronto, Canadá. 2002

La sal no sólo da sabor, sino que también sirve para conservar los alimentos. Así se nos invita a dar sentido y mantener la alianza de Dios en medio del mundo, de nuestra familia, nuestro trabajo, con nuestros amigos, con nuestro prójimo. En ocasiones el mundo, las personas, nuestros cercanos, por sí mismos no saben por dónde ir, y es entonces donde los que se hacen discípulos están llamados a acompañar y ser fermento con los demás.

Con tus actos, tus palabras ¿En qué situaciones has dejado de ser luz?.
¿Cómo te puedes comprometer a ser sal? Con quiénes y en dónde?

Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe (cfr. Col 2,7)
Madrid, España. 2011

En una de sus cartas, Pablo invita a tener por regla a Cristo en cada momento y circunstancia de la vida. Este gran santo, es ejemplo de cambio, fe, edificación en Cristo y por supuesto valiente hasta el final permaneciendo en la fe que le mantenido con esperanza. Una invitación a desprendernos de lo puramente material, de lo meramente humano, de lo pasajero, de lo poco edificante y para ello debemos tener la convicción de que en Cristo se encuentra todo el misterio salvífico de Dios. Nos invita a permanecer en aquel camino que hemos conocido, el de Jesús y así confortados en su espíritu caminar de la mano de lo verdadero y eterno.

¿Desfallezco ante las circunstancias aparentemente sin salida?
¿Cómo alimento mi vida espiritual y la hago testimonio en mi vida? ¿Me alimento de lo material, pasajero?

Id y haced discípulos a todos los pueblos (Mt 28,19)
Rio de Janeiro, Brasil. 2013

Con la autoridad que a Jesús se le ha dado en el cielo y en la tierra, hace una llamada clara: ir por el mundo entero y dar vida a quienes están en tiniebla, a hacer viva la esperanza de la resurrección. Jesús había reunido un grupo de discípulos que convivían con él, a quienes conocía y estos a su vez también, compartiendo el diario vivir. De manera que en el hoy los jóvenes estamos llamados a compartir con los demás, a acercarse con el necesitado, a profundizar con las personas el sentido de la verdadera vida.

¿Mi testimonio es coherente con lo que creo?
¿Comparto con quienes se sientes excluidos, solitarios, marginados? ¿Soy discípulo en mis realidades diarias? ¿Cómo podría hacerlo?

Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia (Mt 5,7)
Cracovia, Polonia, 2016

En este camino de preparación a Cracovia, interioriza y vivifica una de las bienaventuranzas, que son propuestas de actitudes interiores en nuestra vida. ¿a qué crees que te ha llamado el Señor en esta Jornada Mundial? ¿Cómo crees que debes vivirla en torno a su palabra?

Fuente: Luisa Fernanda Ramírez Cuervo (Comité Organizador Arquidiocesis de Bogotá)


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